Hace dos años el Humedal Lenga –uno de los importantes cuerpos de agua ubicados en centros urbanos de la Región del Biobío- se caracterizaba por contar con una amplia biodiversidad, formando parte del Santuario de la Naturaleza de la Península de Hualpén. Pero la imagen hoy es desoladora: donde antes había agua ahora son grietas, la vegetación avanzó y la biodiversidad se ha visto alterada. Las causas son múltiples, entre ellas la gran cantidad de presiones externas a las que el sistema ha tenido que responder en los últimos 20 años, como por ejemplo el terremoto de 2010, y el intenso periodo de déficit de precipitaciones.
El monitoreo al Humedal Lenga ha sido parte del trabajo que ha desarrollado el Núcleo Científico Tecnológico para el Desarrollo Costero Sustentable de la UCSC, a través del programa Gestión de Riesgos y Resiliencia, cuyo objetivo es desarrollar investigación para la modelación de amenazas naturales y socio naturales, en conjunto con un análisis de las vulnerabilidades y gestión de riesgos con las comunidades costeras de la Región del Biobío.
Y una de esas amenazas naturales es, precisamente, la sequía. Es por ello que, para continuar y fortalecer diversas investigaciones, la UCSC, a través del Núcleo CT, instaló una estación meteorológica, emplazada en el sector de energía del Campus San Andrés, complementando las estaciones actualmente existentes.
El instrumento, sumado a una red de pluviómetros, permitirá medir precipitación, velocidad del viento, temperatura, presión atmosférica y radiación. La información quedará alojada en una base de datos web, siendo de utilidad para fines de docencia e investigación.
Mejorar la interpretación de los cambios
El estudio del Humedal Lenga desarrollado por el Núcleo CT ha incluido modelaciones de inundaciones fluviales y tsunami. Sin embargo, el problema actual detectado es la escasez de agua en el humedal, por lo que los estudios han apuntado a analizar los cambios que han ocurrido en el allí y cómo el sistema ha evolucionado después del terremoto de 2010, considerado como punto de inflexión.
En este contexto, se han efectuado levantamientos de información con drones, análisis históricos a través de imágenes satelitales para conocer la evolución de la vegetación de la zona, y entrevistas para conocer la vinculación entre el humedal y el desarrollo social y económico de la caleta Lenga.
De acuerdo al Dr. Diego Caamaño, investigador del programa de Gestión de Riesgo y Resiliencia del Núcleo CT, “las condiciones ambientales para el cultivo del pelillo en el humedal han cambiado y desfavorecido la producción, las personas han dejado de sembrar y muchas cambiado de ocupación. Por esto es importante analizar la relación directa entre el sistema acuático y la actividad y ocupaciones de los vecinos”.
Así, y con la intención de contar con datos propios, la UCSC, en conversaciones con la Dirección General de Aguas (DGA) y la consultora de Ingeniería local OITEC Hidráulica y Medio Ambiente, ha comenzado la instalación de estaciones pluviométricas a lo largo de la costa de la región del Biobío, de manera de aumentar la disponibilidad de información.
“La idea es disponer de una red concentrada de pluviómetros desde Punta Lavapié hasta Tomé, con el fin de mejorar la disponibilidad de información para una mejor caracterización de la distribución espacial y temporal de la precipitación en la costa de nuestra Región, permitiéndonos desarrollar mejores interpretaciones de los cambios en la precipitación”, explicó el académico de la Facultad de Ingeniería.
En este sentido, una de las particularidades del instrumento instalado en la UCSC es que se pueden analizar las precipitaciones en periodos reducidos. Esto es relevante, ya que, según el Dr. Caamaño, “muchas veces las lluvias cortas sobrecargan los colectores de agua lluvia”.
“En Concepción la lluvia es muy variable espacial y temporalmente, y no es lo mismo que el dato indique milímetros precipitados en una hora que en minutos. Por lo tanto, conocer esta distribución de la intensidad del tiempo y el espacio permite hacer mejores análisis para el diseño de estructuras que estén en áreas pequeñas de la cuenca. De esta manera, tener varios sensores nos permitirá tener un análisis continuo de mejor calidad”, precisó.
Trabajo colaborativo
El proyecto de estación meteorológica se ejecuta en el marco de dos convenios de cooperación mutua que se aprobaron con la empresa OITEC, uno para trabajar en ingeniería hidráulica y otro para geotecnia. El objetivo es impulsar la investigación científica a través de levantamientos de información primaria en los territorios costeros de la región del Biobío, utilizando equipos de alta tecnología para la generación de datos de gran detalle.
Para el Dr. Diego Caamaño, quien lidera el proyecto de la estación meteorológica, lo que se espera es generar instancias en las que la información obtenida pueda enriquecer otras iniciativas que desarrolla la Universidad, por ejemplo, la MicroRed UCSC: los sensores de radiación social instalados junto a los paneles fotovoltaicos permitirán correlacionar variables climáticas con la eficiencia de estos.
“Otra de las ideas es colaborar con investigadores de ingeniería estructural que trabajan con edificios patrimoniales de albañilería, quienes construyeron muros en laboratorios para medir su resistencia. Lo que queremos es instalar uno de esos muros junto a la estación para cuantificar las variables climáticas que lo afectan y conocer sus capacidades estructurales en función de la exposición que tenga”, detalló el académico de la Facultad de Ingeniería UCSC.
Según agregó, la red de pluviómetros permitirá la realización de ejercicios de geoestadística para analizar los datos espacialmente distribuidos. “Puede servir para calibrar modelos hidrológicos, y también se pueden comparar los datos de los sensores que tenemos con otros existentes, por ejemplo, de la DGA, y evaluar resultados y necesidades de calibración”, añadió.