Conversatorio congregó a docentes de la Facultad de Estudios Teológicos y Filosofía, Pamela Pedreros, María Angélica Mondaca, Carmen Gloria Fraile y Lorena Sánchez.
Con el propósito de ofrecer a la Comunidad Universitaria espacios de discernimiento para que, en conjunto, logre profundizar en los desafíos que presenta el contexto social y político, a partir de la propuesta constitucional, la Facultad de Estudios Teológicos y Filosofía realizó el conversatorio “Dialogar el bien común: miradas sobre el proyecto de Constitución”.
“La nueva narrativa de nuestros principios institucionales pone de manifiesto aquellos elementos desde dónde reconocemos nuestra misión y visión, en la esfera de la vida universitaria. Nuestra catolicidad se dispone al encuentro de cada estamento y cada miembro de la Comunidad; encuentro y apertura que ofrecemos como riqueza a la sociedad, en las diversas acciones que la UCSC despliega en la búsqueda de un bien que sea verdaderamente común. El bien común es el permanente desafío de la sociedad y la UCSC, cumpliendo su misión, resulta ser siempre un relevante actor para mejor comprenderlo y aportar en su andamiaje”, explicó Alex Muñoz, Encargado del Programa Sello Identitario.
El encuentro contó con las exposiciones de las académicas de la Facultad de Estudios Teológicos y Filosofía de la Casa de Estudios, Pamela Pedreros, María Angélica Mondaca, Carmen Gloria Fraile y Lorena Sánchez, quienes abordaron, entre otros temas, la naturaleza, la familia, la educación y el derecho a la vida.
En su exposición, María Angélica Moncada señaló que algo debe haber común a todos los hombres que, sin distinción de raza, de color, de piel, de edad, de salud, de origen, de educación, nos permita hablar de buscar el bien común. “Para todos es bastante claro que la finalidad de la Constitución es el bien común. Cuando hablamos de él, cuando se dice que el orden político está ordenado, dirigido al bien común y que es esa su finalidad, lo que se está diciendo es que ese orden político debe intentar conseguir que cada una de las personas que conforman la comunidad alcancen plenitud de ser, en cuanto a lo que son y pueden llegar a ser”.
Por su parte, Carmen Gloria Fraile sostuvo que la propuesta constitucional “es discriminatoria, no goza de igualdad respecto de garantizar el derecho a la vida y el derecho al cuidado del niño por nacer. De igual modo, esta vulnera el derecho a la objeción de conciencia del profesional de la salud, al intentar obligarlo por medio de la ley, a realizar prácticas abortivas en instituciones públicas y privadas, así como abre espacio a la eutanasia, al introducir el concepto de muerte digna”.
En relación con los derechos de los niños, niñas y adolescentes, Pamela Pedreros explicó que el texto establece el desarrollo de estos en la vida familiar y el derecho a tener una vida familiar adecuada. “La familia es una institución y estructura social que se constituye como una base fundamental para el desarrollo de una persona que empieza esta dimensión social en ella. Por lo tanto, las familias congregadas van dando una estructura a la trama social en la que todos estamos insertos”.
La académica agregó que este tejido va generando una diversidad de relaciones al interior de su propia estructura, pero también hacia la estructura social y que, así como se declara que debe existir solidaridad, búsqueda del bien común, preocupación por el otro, es al interior de esta dimensión relacional de la familia donde se va estructurando esta realidad.
“Hoy en día, tenemos una fragilidad en las relaciones familiares que derivan en problemas que son sociales. Por ello, es importante fortalecer estas dimensiones relacionales, pero no en una diversidad, en una estructura que es débil para el desarrollo de la persona”.
Sobre la naturaleza y el medio ambiente, Lorena Echeverría indicó que la propuesta constitucional señala que la naturaleza tiene derechos y que el Estado, así como la sociedad tienen el deber de protegerlos y respetarlos. “Debemos pensar que el ser humano por medio de sus facultades no solo tiene derechos, sino que asume deberes dentro de la sociedad y, en este caso, vamos a ampliar la idea de bien común y de relacionalidad no solo entre seres humanos, sino también con el medio ambiente”.
De igual modo, sostuvo que en esta línea de pensamiento es correcto plantear que es el ser humano, entonces, quien debe garantizar el cuidado del medio ambiente. “Si se acepta dicho deber como base del bien común toda normativa del medio ambiente se daría por consecuencia y no, necesariamente, teniendo que establecer que la naturaleza tenga derechos”.
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