Resultados de una investigación realizada por la UCSC explica cómo niños que viven en situación de extrema pobreza en comunas rurales de la Región del Biobío logran vencer la adversidad, ser exitosos y lograr sus objetivos.
Es más habitual que personas que hayan vivido en un contexto de vulnerabilidad social repitan esta historia de carencias y no logren superar esa condición de vida. Sin embargo, un estudio de Resilencia y Superación de la Adversidad realizado por Andrea Zúñiga, académica de la UCSC, demuestra que gracias a factores determinantes, esa realidad puede cambiar.
Según datos entregados por la encuesta Casen 2011, la pobreza extrema se concentra en el sector de menor edad de la población rural de la Región del Biobío y Araucanía. Son estos sectores los que congregan el mayor número de analfabetos del país, variables que condicionan el futuro de estos menores, impidiéndoles muchas veces salir de ese círculo.
Sin embargo, esta realidad tiene excepciones: personas que salieron adelante a pesar de la situación adversa que les tocó vivir y le doblaron la mano a un destino que parecía estar resuelto y no a su favor. Son factores de orden familiar y educacional los que permitieron que, los ahora profesionales exitosos en sus distintos ámbitos de desempeño laboral, puedan contar una historia de éxito y superación.
La especialista, que ejerce la docencia en la sede de Cañete de la UCSC, se sumergió en la realidad de la Escuela Juan Aguilera Jerez, establecimiento rural de Antiquina, Provincia de Arauco. Gran parte de estos alumnos vive en condiciones de precariedad, con ausencia de insumos básicos, pero que pese a ello y contra todo pronóstico, han logrado salir adelante.
La población que atiende esta Escuela presenta, según los datos arrojados por el estudio realizado por Andrea Zúñiga, un Índice de Vulnerabilidad del 96%. La mayoría de los niños son criados por sus abuelas “analfabetas”, mientras sus madres trabajan fuera de la región. Sus padres son alcohólicos, lo que provoca un retraso pedagógico importante por ausencia de capital cultural y desmotivación de futuro.
¿Qué variables condicionan que los niños, pese a estos niveles de vulnerabilidad, sean capaces de vencer la adversidad y salir adelante?. De acuerdo a la docente, son las características desplegadas por las familias, como la vinculación afectiva y apego con los padres, además de las expresiones de afecto de modo explícito y natural, uno de principales factores que determinan la superación.
“Junto al afecto, se observa el establecimiento de normas y límites claros dentro de los hogares, aportando en los niños una estructura de referencia que les protege de situaciones riesgosas. Una característica de estas normas es la flexibilidad, pues cumplen un rol orientador dentro del desarrollo del menor, no son una imposición irracional, sino una declaración de principios conductuales esperados”, argumenta la investigadora.
Otro elemento que determina la superación de estos niños es el factor educacional. “Son las prácticas pedagógicas resilientes; cómo la comunidad educativa establece y transmite elevadas expectativas sobre sus estudiantes, motivándolos a seguir adelante, el compromiso personal de cada docente, la calidad en la construcción de vínculos, pensando en formar personas y forjar humanidad”, señala Zúñiga.
Pese a este nivel de vulnerabilidad, la Escuela obtuvo 291 puntos en el SIMCE de cuarto básico, sobre el promedio nacional. El compromiso de cada profesor con su labor educativa traspasa los muros de sus aulas y se instala en una cultura educativa que busca sacar el potencial de cada estudiante, entregándole las mejores herramientas posibles, independiente de su lugar de origen.
Aquellos niños que han generado un comportamiento resiliente, es decir, han podido sobreponerse a experiencias negativas fortaleciéndose en el proceso, han contado al menos con alguna persona con quien lograron establecer un vínculo positivo. Si es posible brindar a los niños al menos una figura estable y vinculante, se estará poniendo un sustrato mínimo para salir fortalecido ante la adversidad.