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Escenario Económico Post terremoto
Después del violento terremoto que asoló al centro sur de nuestro país, nada volverá a ser como antes. La solidez económica de Chile no fue suficiente para minimizar los efectos del desastre natural. Fallas en los diseños estructurales en algunas construcciones, colapso de la información y comunicaciones, funcionamiento deficiente de la institucionalidad en tiempos de crisis e inadecuado liderazgo del Gobierno Regional, fueron en síntesis las principales causas que agravaron significativamente los efectos que se hicieron sentir después de ocurrido el terremoto.
Sin embargo, frente a este negro panorama, la economía mantiene intacto su potencial de crecimiento. Así lo revelan las señales del mercado accionario y las declaraciones del Presidente electo, quien ha ratificado las metas de crecimiento y creación de empleo.
En efecto, la proyección de crecimiento para la economía chilena durante el 2010 no ha variado significativamente. Se estima un efecto negativo entre 0,5 y 1,0 % en el crecimiento del PIB, lo que en términos prácticos significa disminuir la estimación de crecimiento de la economía desde un 5,5% a un 4,5%, lo cual sigue siendo cifras positivas considerando la recesión económica sufrida durante el 2009. La gigantesca tarea de reconstruir la infraestructura regional significará que durante los próximos cuatro años se realizarán inversiones adicionales en cifras que debieran situarse entre el 10 a 20 % del PIB, es decir una cifra cercana a los 20 mil millones de dólares. La significativa inversión estimada en la reconstrucción del país permite actualizar y mejorar la infraestructura afectada, además genera un positivo impacto en la actividad económica que sirve de estímulo para la creación de empleos.
Por ello que, debajo de los escombros y del dolor que enluta a muchas familias de nuestro país, el sistema económico chileno tiene una posibilidad cierta de renacer con una renovada energía en materia de crecimiento y actividad económica. Concretar esta realidad depende exclusivamente de la capacidad de los líderes regionales y de la oportunidad y efectividad con la cual se ejecute el plan de reconstrucción.
Renato A. Segura
Economista Facea UCSC
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